A donde nos lleve el viento II (Sicilia)

El 5 de Septiembre a als 8:45 de la mañana levamos ancla de la bahía de Cala Teulada para dar el salto a Sicilia. La previsión es que el viento fuerte de Oeste que ha estado soplando estos días vaya aflojando, queremos aprovechar estos últimos coletazos para que nos deje lo mas cerca posible de

Sicilia antes de que pare del todo. Nos separamos de la costa que nos está protegiendo del viento y comenzamos a correr hacia Sicilia empujados por el Oeste que nos ha estado dejando estos últimos días clavados en las playas de Cerdeña.Sobre las 10 de la mañana el viento ya está a 20 nudos y subiendo. Ha rolado a NW y además las olas están cada vez más altas. El piloto automático no es capaz de mantener el rumbo y nos ponemos a llevar la caña de forma manual, ponemos el primer rizo. A las 11 ya vamos con los tres rizos tomados, la rueda a mano, el rumbo difícil de mantener, por delante 150 millas y el viento que debía comenzar a bajar que no deja de subir….. A las 12 y cuando una ola rompe a nuestra popa y nos deja empapados (era una “Ola Comedora” en lugar de rompedora) decidimos que las previsiones son para los meteorólogos y que nosotros nos volvemos a Cerdeña que estábamos muy tranquilos. Enrollamos el Genova, establecemos nuestra amiga la trinqueta y arrumbamos a Pula, donde fondeamos a las 15:20 después de ceñir 17 millas.Ya saltaremos a Sicilia mañana!!! Contactamos con nuestros amigos del Olé y ellos también deciden esperar junto con el Pangea en el Cabo Carbonara a que el viento amaine.

La mañana del 6 de Septiembre levamos ancla con la salida del sol y le apuntamos con la proa, nos vamos al Este, a Sicilia. El viento está suave e izamos todas las velas. Tiramos la caña y disfrutamos de la vista de la costa que se va alejando con los primeros rayos del sol.

Tenemos un viento muy suave, ayer tanto y hoy tan poco, en popa redonda y con un montón de millas por delante, tiene pinta de viaje largo. La Mar está plana y nos atrevemos con el gran Spi que todavía no hemos sacado nunca de su bolsa. Preparamos la maniobra y arriba!!! ganamos algo de velocidad, pero lo más importante, le probamos un vestido nuevo y holgado (que ya llevamos muchos días encorsetados con la pequeña trinquetilla). Navegamos un rato de esta forma pero nos exige estar pendientes del rumbo y del trimado, y nosotros estamos acostumbrados a una navegación más gandula, lo devolvemos a su bolsa y nos ponemos a orejas de burro y dejamos que Luni nos lleve mientras nosotros leemos y nos preparamos la comida.

Después de mas de 30 millas el viento se para y tenemos que encender el motor para ayudarnos, esta será la tónica para el reso del viaje.

La mañana del 7 de Septiembre divisamos a lo lejos la Isola Marettimo en el archipielago de las Egadi y luego I. Levanzo e I. Favignana, unas moles de piedra enormes que salen del mar desde una profundidad de 1000m. Mientras disfrutamos de la vista se dispara el carrete de la caña, vamos corriendo para ver que tenemos hoy de menu para comer, un Dorado de unos 800gr, perfecto, estará buenísimo con patatas, tomate y champiñones…A las 15h nos acercamos para fondear en Isola Favignana, primero Cala Rotonda y hacia el sur otras que no nos gustan por estar demasiado desprotegidas.

Finalmente entramos en Punta Longa donde se ven algunos mástiles fondeados. Buscamos un lugar sin Poseidonia y lanzamos el ancla. En esta cala también están fondeados el Olé y el Pangea, que casualidad y que alegría. Nos comemos el Dorado (Llampuga) y nos pasan a recoger desde el Pangea para ir a tomar algo al Olé, se nos hace de noche entre batallitas y risas.

El 8 de Septiembre lo pasamos tranquilamente fondeados y sobre las 22h levamos ancla y salimos hacia el Este. Navegamos en conserva con el Pangea y así gorroneamos tecnología para salir de este laberinto de islas…. Tenemos viento de Norte suave y parece que será una navegación placentera, para salir de las Egadi ponemos rumbo NW para dar abrigo a Favignana, pasamos su Faro pero continuamos para que al siguiente bordo no nos encontremos la isla de cara, que de noche se ve poco pero está igual de dura…, cuando hacemos el bordo y arrumbamos al Este, el viento se para, empiezo a creer que el grifo que controla el viento en el Mediterráneo lo tienen los señores de las petroleras para obligarnos a ir a motor!!!! tenemos una navegación tranquila durante toda la noche y después de hacer unas bonitas fotos a la salida del sol, se enchufa el viento de NE, casi en nuestra proa pero como ya hemos hecho gasto, paramos el motor y comenzamos a ceñir (mucho, el viento en poco rato ya está entre 20 y 25 nudos).

Sobre las 13h del 9 de Septiembre lanzamos el ancla en una playa resguardada al sur de Isola Femini, donde nos bañamos y comemos algo para reponernos. Este trayecto se ha cobrado dos víctimas, un biquini de Mila que se ha llevado la escota del Génova (mi culpa, por tenderlo en mal sitio) y mis gafas de sól que estában ya cansadas de los rociones. Descansados y comidos levamos ancla sobre las 16:30 para llegar a Palermo de día. El Pangea corre más, llega primero y reserva un par de amarres en Molo Sud, Marina Floriano.

Mientras cenamos y reponemos fuerzas llega Natalia que se une a la tripulación. Nos quedamos tres días para ver la ciudad, reponer comida fresca y todo lo que nos hemos comido por el camino y por las noches cenamos unas fantásticas barbacoas en el muelle con Jane y Joaquín del Pangea.

Palermo es una ciudad con cierto encanto arquitectónico pero derruida, dejada y muy sucia. El puerto es el más espectacular en el que hemos entrado navegando, todo es enorme y está preparado para que entren los cargueros y los grandes cruceros, a nosotros se nos ve diminutos entre todas esas bestias del mar. Sus aguas no se escapan de la porquería que se ve por toda la ciudad y se palpa una peligrosidad que no vemos pero que está ahí. La gente encantadora!!!!

El 12 de Septiembre largamos amarras, necesitamos aire puro y volver a las aguas cristalinas. Cruzamos la gran bahía que se abre delante de Palermo y aquí sufrimos nuestra tercera víctima, otras gafas de sol!!! esta vez ha sido la grumete Natalia….. La costa que estamos viendo desde que llegamos a Sicilia es impresionante, desde la Mar se levantan unas imponentes moles de piedra que llegan hasta los 900m. Las previsionesson de chubascos fuertes (la voz automáticorobotica de meteo italia VHF68 da fuerza 8!!!) nos hace buscar un buen escondite, a las 20h tiramos el ancla delante de Porticello. Me tiro al agua para asegurar que el ancla ha cogido bien, me cuesta encontrarla entre neumáticos, latas, plásticos, defensas, zapatos y toda la porquería que se podría encontrar en un basurero…. el ancla está bien agarrada y las rocas de la zona dejan un margen de fondeo suficiente. Nos vamos a dormir con viento ligero del norte y la presión que comienza a bajar.

Por la mañana del 13 el viento comienza a estar fuerte y la presión está en 996mb, tenemos la borrasca muy cerca y la saludamos como es debido, lanzando 15m más de cadena. Aunque el cielo amenace lluvia todavía tenemos sol y nos bañamos, el agua en la superficie está limpia y el paisaje es bonito, cuando nos ponemos las gafas de buceo nos da la sensación de estar sobrevolando un vertedero. sobre las doce el sol se tapa y nos cae el primer chubasco, ya tenemos la cub ierta limpia! Por la tarde, entre chubasco y chubasco bajamos al pueblo para hacer algo de ejercicio y comprar pan para nosotros y nuestros nuevos vecinos, unos holandeses muy simpáticos.

Vemos que la noche será incómoda ya que entra algo de mar, montamos un complicado sistema autogiroscópico de estabilización hidráulica total que hemos aprendido del Maestro “Bernat Moitessier”, funciona. Dos tangones, uno por banda, con un cubo atado a su extremo.

Por la tarde, entre chubasco y chubasco bajamos al pueblo para hacer algo de ejercicio y comprar pan para nosotros y nuestros nuevos vecinos, unos holandeses muy simpáticos. El pueblo es muy bonito y vive rodeando el puerto pesquero. La gente es muy amable y enseguida nos acompañan a comprar el pan, lo vende un abuelete que se pasea con un panda, pan buenísimo. Nuestros vecinos Jessica y Roy nos quieren cambiar el pan por una botella de vino, les decimos que OK pero que la traigan ellos a bordo y nos la bebemos acompañada de unos quesos que compramos en Palermo, se hace tarde y los chubascos amenazan, lo dejamos para la siguiente ocasión.

La mañana del 15 tanto el Tetamatu (hogar de Jessica y Roy) de nuestros nuevos amigos como Lune de Miel levantan anclas, la previsión es vientos fuerza 4, algo de mar de fondo y cielo despejado!!!! deberían prohibir lo que bebe el que hace las previsiones, no sólo es nocivo para el sino que peligroso para los que navegamos en su zona de trabajo. Viento con rachas de 35 nudos, olas de entre 2,5 y tres metros y unas nubes que nos persiguen para descargar sobre nosotros, nunca la cubierta de nuestro velero ha estado tan limpia. Las olas no sólo no nos dejan ver el horizonte, muchas veces ocultan las montañas que tenemos por la costa. Lune de Miel corre como un loco por llegar a puerto seguro tirado por nuestra incansable trinqueta y la mayor (por llamarla por su nombre, va tan rizada que parece un sello). Por el camino vemos algo flotando, nos acercamos como podemos y vemos un pequeño catamarán volcado con la vela izada y el palo bajo el agua, no hay nadie nadando por los alrrededores ni colgado del cata por lo que continuamos marcha y damos aviso a Palermo.

Sobre las 14h fondeamos al abrigo del puerto de Cefalú y por la tarde vemos llegar la zodiac con Jesica, Roy y la botella de vino, que casualidad un vino blanco del Penedés que compraron a su paso por Barcelona y que nos llega fresquito. Tomate con Mozzarela, quesos de todo tipo y algo de pan que nos queda de Porticcelo. Una velada muy agradable. El 16 bajamos a tierra con los del Pangea y nos vamos de paseo por la ciudad que es antigua y muy cuidada aunque llena de turistas, acabamos en lo alto de la Roca de Cefalú, en el templo de Diana y cerca del castillo que la corona, 200 metro por encima de la bahía donde están fondeados nuestros veleros. A lo lejos en el horizonte se ven las primeras islas del archipiélago de las Eolias, dónde iremos en unos días a presentar nuestros respetos a los dioses Hephesto y Eolo, también queremos intentar subir al Stromboli… La noche queda algo incómoda, hoy está entrando algo de mar. Mañana nos vamos tempranito.

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